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En este mundo todos somos personas que estamos obligados a escoger,
todos debemos escoger, nadie puede decir no, porque al tener vida y respiramos
escogemos.
Algunas circunstancias fundamentales que no podemos escoger, desde mi
punto de vista, son dos: el nacer y el morir. Otros dirán: la enfermedad,
pobreza, abandono, maltrato, encierro, etc. de los cuales no estoy de acuerdo
ya que son productos de una acción.
Quiero compartirles lo siguiente:
Existió un hombre, antes de asumir una responsabilidad, se puso a
analizar para escoger, la meditación tuvo base en la enseñanza recibida, la
percepción de varios años de las diferentes personas a su alrededor, el temor
que tenia para estar seguro de lo que escogería. Es así que paso un tiempo que
ya no pudo evadir, es decir llego el momento de escoger, de pedir, de anhelar,
de definir. Este hombre asumiría, desde el momento de hablar y expresar su
decisión, la responsabilidad a partir de ese instante.
Valor se necesita, si, pero más inteligencia porque no se puede hablar
sin tener la seguridad de seguir adelante con lo anhelado, este hombre sabía
perfectamente que todos y cada uno de los de su entorno estaban atentos con los
oídos prestos a escuchar. ¿Le aconteció a usted algo similar?
Pienso que sí, se siente la mirada, la presencia de todos. Consideramos
algunos cuestionamientos ¿Qué les interesa? ¿Por qué tanta expectativa? ¿Qué están
esperando?, pero debemos escoger.
Fue así, que esta persona públicamente escogió SABIDURÍA.
En su caminar todos dijeron que no hubo un hombre tan sabio como este.
Su nombre fue Salomón.
Somos libres de escoger, y sepamos escoger, porque lo que determinemos
es para siempre.